La Plataforma para los Combustibles Renovables ha presentado el informe “Combustibles
renovables: una vía eficaz para la descarbonización del transporte”, elaborado por NTT
Data. Este estudio expone las ventajas que supone la incorporación de combustibles
renovables desde el punto de vista de la reducción de emisiones y la reducción de los costes
de la transición energética, así como la generación de oportunidades de empleo en el medio
rural.

Con estos datos, la Plataforma ha demandado, a las puertas de las elecciones europeas del
9 de junio, que la Unión reconozca en sus políticas el papel de los combustibles renovables
en la consecución de los objetivos climáticos, en la descarbonización del transporte, en la
reducción de la dependencia energética de terceros países y en la dinamización económica
de las zonas rurales.

El informe señala, así, que el uso de combustibles renovables permite acelerar de forma
decidida la descarbonización, ya que aumentar en un 1% los combustibles renovables
utilizados en España supondrían una reducción de emisiones mayor que la lograda por el
parque actual de vehículos con etiqueta 0 emisiones. Es más, pensando en el largo plazo, y
en el escenario dibujado por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), aun
manteniendo la tasa de crecimiento actual de vehículos eléctricos, insuficiente para alcanzar
los objetivos propuestos, la incorporación de combustibles renovables permitirá alcanzar los
objetivos de reducción de emisiones planteados y, más todavía, ampliar la reducción de 97 a
106 millones de toneladas de CO₂.

Tal y como ha apuntado David Cuesta, Director de Consultoría de Negocio de NTT de Data,
“en un escenario alternativo del PNIEC, en el que se impulsa una mayor penetración de los
combustibles renovables, la reducción de emisiones de CO₂ en 2030 sería un 10% mayor
que en el escenario definido en el PNIEC, y permitiría reducir 9 millones de toneladas de
CO₂ adicionales en el periodo 2024-2030.”.

Además, los combustibles renovables permiten una importante rebaja de los costes
asociados a la transición energética, en particular, en lo que se refiere a la movilidad por
carretera. “Mantener un vehículo con motor de combustión interna en propiedad, que no ha
llegado al final de su vida útil, tiene un coste de propiedad hasta un 38% menor que su
sustitución anticipada por un vehículo eléctrico”, ha recalcado David Cuesta, de NTT Data.
Todo ello redunda en la demanda de la Plataforma para los Combustibles Renovables, de
una transición energética que sea justa y que involucre a todos los usuarios, ofreciéndoles
distintas soluciones de movilidad con bajas emisiones.

El informe también apunta a la importante contribución a la independencia y autonomía
energética que suponen los combustibles renovables, ya que en su producción es posible
contar con recursos autóctonos, desde residuos urbanos a forestales.
A este respecto, el informe señala que España se encuentra entre los cuatro países
europeos con mayor disponibilidad potencial de biomasa (residuos agrarios, forestales,
biorresiduos, aceite usado de cocina y grasas animales) junto con Francia, Alemania y Reino
Unido, representando el 9% de la materia prima sostenible en todo el territorio europeo.
Considerando el potencial de producción a partir de recursos locales, los combustibles
renovables podrían sustituir entre el 33 y el 58% de la energía final de los combustibles
fósiles utilizados en el transporte en el año 2030, lo que reduciría entre 25 y 43 millones de
toneladas de CO₂.

Las asociaciones que han participado en el acto, ASTIC, ALA y CEPESCA, han coincido en
que para que la transición energética sea justa es necesario ofrecer distintas alternativas y
favorecer la competencia entre las diferentes opciones energéticas, para que aspiren a ser
más eficientes, sostenibles y económicamente competitivas, lo que revertirá en un mayor
avance en la descarbonización y un menor coste para los ciudadanos.

Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC, ha señalado durante la mesa redonda
que: “para seguir dando servicio competitivo a nuestros clientes en mercado doméstico e
internacional y cumplir con nuestros compromisos medioambientales, dada la realidad
tecnológica, industrial y comercial que vivimos como compradores y usuarios de vehículos
pesados, necesitamos que los combustibles renovables sean una opción que realmente se
pueda desplegar, sin incrementos inasumibles de costes operativos y de inversión. En este
sentido, abogamos por una política fiscal coherente en favor de su uso”.

La descarbonización del transporte aéreo también depende, en gran medida, del desarrollo
de los combustibles renovables. Así lo ha afirmado Javier Gándara, presidente de ALA: “el
SAF, combustible sostenible de aviación, es la solución más eficaz en el corto plazo para
avanzar en la descarbonización del sector aéreo, posibilitando la reducción de entre un 80%
y hasta un 100% de las emisiones de CO₂ en el ciclo de vida del combustible. Se debe tener
en cuenta además el potencial del SAF para favorecer nuestra independencia energética,
para la reconversión de nuestro sector y para la generación de riqueza y empleo. Es una
oportunidad de país. Es por ello por lo que Administración debe implicarse y favorecer su
producción, hoy escasa. De lo contrario, corremos el riesgo de quedarnos en el vagón de
cola y vernos obligados a importar de otros países. El momento es ahora, España tiene la
oportunidad de convertirse en exportador a nivel global, no lo desaprovechemos”

En la misma línea ha incidido Javier Garat, secretario general de CEPESCA, que ha
señalado que “salvo los combustibles renovables, no existe otra fuente de energía
alternativa que sea viable para la flota pesquera. El hidrógeno requeriría buques cuatro
veces más grandes que los actuales. El amoníaco es peligroso. Y el gas natural licuado y la
electricidad podrían ser viables para ciertos buques artesanales que requieren poca
autonomía, pero no sería viable para otros buques de bajura o de altura”. Y por ello, ha
demandado “un desarrollo tecnológico, logístico y normativo, no solo en la UE, sino en el
mundo”, y, posteriormente, “financiación para poder renovar toda la flota pesquera europea”.

Los representantes de la Plataforma han coincidido en reivindicar un marco fiscal y
regulatorio que incentive la transición a una movilidad baja en emisiones y asequible para
todos los sectores, y que potencie el desarrollo económico e industrial del país. Han
demandado medidas como las recogidas en el informe: aplicación de tipos impositivos
reducidos o exenciones en el Impuesto especial de hidrocarburos (IEH); establecimiento de
mecanismos de control y medidas de cumplimiento trimestrales para evitar fraudes en la
incorporación de combustibles renovables en los carburantes; o la creación de nuevos
incentivos a la transformación industrial orientada a la descarbonización. De hecho, con una
mayor incorporación de combustibles renovables, incentivada con una carga impositiva tipo
cero a la fracción renovable de los carburantes, se podrían reducir los costes de adquisición
y mantenimiento de un vehículo entre 6.000 y 5.000 euros.

José Luis Cabo, subdirector general de Hidrocarburos y Nuevos Combustibles, ha coincidido
en que la normativa y la administración debe “acompañar y promocionar” la producción de
combustibles renovables, reduciendo el impacto económico en los consumidores y las
industrias, además de referirse igualmente a la importancia de la trazabilidad para evitar el
fraude. En este sentido, ha reconocido que “los combustibles renovables tienen un papel
esencial, sobre todo en lo que se refiere a la descarbonización del parque móvil actual. La
descarbonización del transporte pasa por la combinación del uso de biocarburantes
avanzados y de la electrificación”. Cabo ha concluido que “todos estos cambios normativos
nos obligan a reforzar la normativa de fomento de biocarburantes en nuestro país”.